«Doña Clara» (Aquarius) de Kleber Mendonça Filho

Violencia física explícita, drogas, disparos; muchas de las películas brasileñas conocidas internacionalmente tienen la criminalidad de las favelas como tema principal. La importancia dada a este tema en el cine brasileño es comprensible y admirable, pero Kleber Mendonça Filho, a su vez, da testimonio de otra forma de violencia muy presente en el país: la autoridad.

Brasileño, periodista de formación, trabajó durante años como crítico cinematográfico. En la actualidad tiene 49 años y su cámara se centra en una potente y bien articulada crítica social. Así sucedía en su anterior y primer largometraje: O Som ao Redor (2012) y así es en Doña Clara (Aquarius, 2016). Un Brasil sin maquillaje, sin romanticismo, como muy rara vez se en pantalla grande. El país tal como es.

En Brasil, las primeras noticias acerca de Doña Clara (Aquarius) salieron apenas la película se estrenó en el Festival de Cannes. Mientras el país estaba dividido entre los partidarios del gobierno y los que estaban en contra, Kleber Mendonça Filho y el equipo artístico desfilaron por la alfombra roja con carteles, en un acto de protesta contra el impeachment (proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff).

Presentación de Doña Clara (Aquarius) en el Festival de Cannes del 2016

Esto hizo que antes del estreno nacional se hablara, por un lado, de boicotear la película en los cines y por otro, se reconociera el marco y la importancia cultural de una obra con un discurso tan fuerte y coherente en este preciso momento. Desde ese momento, nadie estaba indiferente ante su estreno.

 

Irónicamente, los brasileños recibimos Doña Clara (Aquarius) un día después de la decisión final del impeachment. Trayendo de vuelta para el cine brasileño a la actriz Sonia Braga, que consigue una interpretación espectacular y sumamente consistente como Clara, una escritora jubilada, viuda y única residente que sigue viviendo y en el edificio Aquarius.

Doña Clara (Aquarius) (2016)

La trama desarrolla la tentativa para forzar a Clara para que se rinda y acabe vendiendo el piso donde vive y donde crió a sus hijos. Una obra que habla de resistencia, de memoria afectiva y, directamente, del dinero como fuerza dominante. Una trama, como en la realidad, donde las empresas constructoras hacen todo lo posible para comprar edificios antiguos, demolerlos y construir, en su lugar, modernos edificios, perdiendo, por tanto, la identidad arquitectónica y cultural de las ciudades. Clara, así como la sociedad brasileña actual, resiste y sigue manteniendo su identidad en medio del caos y la especulación. En una actitud firme y en un intento por mantener su propia dignidad.

Doña Clara (Aquarius) va mostrando, poco a poco, la forma de pensar y relacionarse del brasileño. Teniendo Recife -ciudad natal de Mendonça filho- como escenario, con unos personajes de gran humanidad y ampliamente representativos, sin caer en la caricatura, Kleber juega con la percepción que tienen los extranjeros sobre el país de la samba. El hecho de ser un cinéfilo, haber vivido parte de su juventud en Londres y estar casado con la francesa Emilie Lesclaux, productora de esta película, le ayudan a tener una perspectiva amplia y detallista de cómo los extranjeros nos ven a los brasileños y así conseguir uno de los objetivos de su película: desmitificar nuestra sociedad.

El éxito de taquilla y crítica evidencian la dimensión de esta obra que cuenta con una banda sonora de gran peso narrativo, ya que es a través de ella que se conduce al espectador desde el presente al pasado. La película además de su discurso político y social, cuenta con una fotografía a cargo de Pedro Sotero y Fabricio Tadeu, que representa muy bien los colores y la atmósfera del país.

Doña Clara (Aquarius) (2016)

Doña Clara (Aquarius) es un viaje a través del Brasil guiado por Kleber Mendonça Filho.

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