Festival de Málaga. Cine en español. 20 edición

Como en cualquier otro festival, resulta imposible asistir a todas las películas, por lo que lo que leerán a continuación no deja de ser el análisis de algunos de los filmes que pasaron por el festival.

Siendo este año una edición especial, el Festival de Málaga arrancó por todo lo alto con el estreno de El Bar (2017) de Álex de la Iglesia; una película que, para los fans del director vasco, fue capaz de satisfacer la larga espera desde el último filme del realizador y si bien, ese humor negro y absurdo consigue sacar más de una carcajada a lo largo del metraje, no deja de estar en la línea de sus últimos trabajos, lo que acaba haciendo que extrañemos la frescura de sus primeros trabajos, como El día de la Bestia (1995) o La comunidad (2000).

El cine catalán estuvo muy presente a lo largo de toda la edición y es que, además de la triunfante Estiu 1993 (2017), de Carla Simón, también entró en concurso Brava (2017) de Rosé Aguilar. Esta primera, que acabó llevándose casi todo a lo que estaba nhttps://camerastylo.ecib.es/wp-admin/post-new.phpominada, resultó ser una pieza increíble y claramente merecedora de su triunfo en la Berlinale. Una historia agridulce que nos hace volver a la infancia de la propia directora en la que, aunque no hayas vivido algo parecido, acabas por emocionarte y empatizar con la protagonista y los diferentes personajes que la rodean. Si bien algunos aspectos pueden llevarnos a recordar Cría Cuervos (1975) de Carlos Saura, la película deriva hacia otra vertiente que acaba por dar un final inesperado frente  al cual nadie puede quedarse indiferente.

Estiu 1993 (2017)

La película de Rosé Aguilar, en cambio, es ciertamente engañosa ya que sales de la sala satisfecho con lo visto, pero una vez te paras a analizar el guión a fondo, termina haciéndote sentir que algunos aspectos de la trama están demasiado forzados. ¿Lo mejor? El clímax y la resolución final.

Cruzando el charco hasta Latinoamérica, nos encontramos con Me estás matando Susana  (2016) de Roberto Sneider y Gilda, no me arrepiento de este amor (2016) de Lorena Muñoz. En todos los festivales siempre acaban apareciendo algunas películas que ejercen de relleno para el cartel y el film de Roberto Sneider entra en este grupo. Una historia de amor tóxico que se vende como algo romántico con ciertos toques de humor y una buena (pero ni de lejos de sus mejores) actuación de Gael García Bernal. Falla a todos los niveles. En cambio, lo que parecía ser un biopic telenovelesco acabó siendo una de mis sorpresas personales. La película de Lorena Muñoz retrata de forma impecable la vida de la famosa cantante de cumbia argentina. Desde el minuto uno es capaz de hacerte sentir y entender a los fans que la veneraban y que, a día de hoy, siguen considerándola santa. Con un bagaje importante dentro del cine documental, Lorena Muñoz consigue un trabajo excelente y sobrecogedor.

Gilda, no me arrepiento de este amor (2016)

Regresando a nuestro país, tuve la suerte; ya fuese buena o mala, de toparme con dos sorpresas más. La primera, Demonio tus ojos (2017) de Pedro Aguilera. Su premisa resulta más que interesante pero a medida que la película va avanzando, acabas sintiendo que es una obra vacía que se intenta vestir de intelectualismo y alguna que otra referencia a la Lolita (1962) de Kubrick, haciendo que, al menos para mi, resulte una pieza rancia. Por el otro lado tenemos No sé decir adiós (2017) de Lino Escalera, que obtuvo de forma muy merecida los premios correspondientes a las actuaciones. Lo que podría parecer el típico melodrama español, acaba siendo un interesante ejercicio de estilo con recursos muy poco habituales dentro de nuestro cine y más, de este género.

Para nuestra suerte, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Carla Simón, que nos explicó todo el proceso de la filmación de la película y los pequeños detalles que en ella se esconde. Recalcando en todo momento que ese “trauma” de la infancia que se nos muestra en la película lo tiene más que superado, no negó que realizar esta película le sirviese de catalizador para recordar a su fallecida madre y finalmente, cerrar ese capítulo de su vida. El guión, que pasó por varios laboratorios del guión, incluye experiencias reales tanto como ficticias -se rió al recordar que, aunque a ella le hubiese gustado esconder a su hermana, jamás lo hizo.-

Estiu 1993 (2017)

Las pequeñas protagonistas trabajaron de forma casi inconsciente a las situaciones que estaban siendo filmadas. Buscando la naturalidad de las actuaciones, rodaron todas las escenas del tirón y haciendo que los actores estuvieran siempre presente. Aún a riesgo de que la gente pensase que algunas situaciones pareciesen exageradas, optó por mantener ciertas cosas (como la de su tía con acondroplasia).

En lo que a futuros proyectos se refiere, comentó que la película en realidad la habían terminado hacía solo unas semanas, pero avisó de que ya tenía varios nuevos guiones en mente, siendo algunos de estos relacionados con su familia.

Dándonos ánimos a todas las futuras guionistas y directoras de la industria, prometió mantener el contacto y la posibilidad de venir a la escuela a dar una entrevista.

A continuación, el palmáres completo del festival.

BIZNAGA DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA ESPAÑOLA, dotada con 12.000 euros: Verano 1993 de Carla Simón
BIZNAGA DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA IBEROAMERICANA, dotada con 12.000 euros:
Últimos días en La Habana de Fernando Pérez
BIZNAGA DE PLATA. PREMIO ESPECIAL DEL JURADO: No sé decir adiós de Lino Escalera
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR DIRECCIÓN: Víctor Gaviria por La mujer del animal
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ: Nathalie Poza por No sé decir adiós
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR ACTOR: Leonardo Sbaraglia por El otro hermano
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: Gabriela Ramos por Últimos días en La Habana
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR ACTOR DE REPARTO: Juan Diego por No sé decir adiós
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR GUIÓN: Pablo Remón y Lino Escalera por No sé decir adiós
BIZNAGA DE PLATA A LA MEJOR MÚSICA: Pascal Gaigne por Plan de fuga
BIZNAGA DE PLATA DELUXE A LA MEJOR FOTOGRAFÍA: Walter Carvalho por Redemoinho
BIZNAGA DE PLATA AL MEJOR MONTAJE: Etienne Boussac por La mujer del animal

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