Encuentro de Lucrecia Martel con los alumnos de ECIB. Junio 2019
El cinco de junio de 2019 Lucrecia Martel visitó por segunda vez la escuela, donde un año antes había venido a presentar su último largometraje «Zama» (2017) y nos concedió una entrevista.
En esta ocasión vino a Barcelona para impartir un seminario organizado por el colectivo de La Selva que tenía como título El sonido del verano y nos volvió a visitar y estuvo conversando y contestando a las preguntas que le hicieron los alumnos de ECIB.
El vídeo que viene a continuación es el testimonio de ese encuentro donde la directora argentina puso de manifiesto su particular manera de entender el cine. Aquí dejamos alguna de las interesantes ideas que desarrolló en su intervención.
Las personas somos una caja de resonancia de las voces escuchadas, no escuchadas, de los muertos, de los vivos, de los diálogos que hemos tenido, de los que creemos que vamos a tener, de los que nos hubiera gustado tener. Uno resuena como un montón de conversaciones simultáneas.
Hay una materia que comparte el cine y la literatura y no es el argumento. Para mi, el argumento es una superficie muy leve de la idea de narrativa audiovisual, es casi una excusa para organizar el tiempo. No creo mucho que el cine sea contar historias o su argumento. Pero lo que si tiene el cine y la literatura y que lo comparten, es el sonido.
Esto es una ley para mi: no puedo definir las cosas de arte si no puedo definir el sonido, una decisión de si el piso es de piedra o de tierra apisonada. Estas decisiones de arte implican un montón de decisiones sonoras. Si uno empieza a decidir sólo por si me gusta este color, o me gusta esto, o me gusta lo otro, la banda sonora se vuelve un aditivo ajeno a la película.
Yo he filmado con muchísima libertad, en la medida que entra gente con mucha plata también tiene mucho poder y obliga a más cosas.