La edición seguramente más alternativa de la historia de L’Alternativa -por su condición completamente online- se subió también al barco de Luis López Carrasco. Al igual que otros muchos festivales, el de Cine Independiente de Barcelona de 2020 reconoció el trabajo del murciano que, con su documental El año del descubrimiento (2020), ilustra el desastre industrial que vivieron muchos paisanos suyos en 1992 y el olvido que ha padecido aquella crisis desde entonces. Premio Don Quijote para un documental que va de certamen en certamen y de triunfo en triunfo.

El año del descubrimiento (2020)

Y no es para menos. El segundo largometraje de López Carrasco atesora un estilo único. Esa identidad tan peculiar que el director ya imprimió en El futuro (2013). En El año del descubrimiento también sitúa pasado y presente en una misma parcela, con un importante grueso de material found footage y con un formato de vídeo y un vestuario a la antigua.

Además, divide la pantalla en dos para enganchar, aún más, ambas líneas temporales. Para hacer entender al espectador o a la espectadora que todas las imágenes están unidas. Y siempre mantiene en imagen unos colores secos, que permiten transportar mejor el mensaje que el mismo López Carrasco busca transmitir. Técnicas muy sofisticadas para narrar lo que fue una realidad encrudecida. Lo que fue una crisis laboral y social en medio de un importante esplendor de España. La organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla constituían el broche definitivo a la Transición. Y volvían a situar al país en las cotas más altas del panorama económico y social mundiales.

El año del descubrimiento (2020)

Sin embargo, entre este auge, estaba aquella realidad encrudecida. La privatización de empresas públicas y el cierre de fábricas en Cartagena provocaron disturbios y una escalada de violencia que terminaría con el incendio intencionado del parlamento regional. Una época complicada para aquellos trabajadores murcianos de clase media y baja, que acabaría generando graves consecuencias económicas.

Pero también acabaría provocando que dos décadas después Luis López Carrasco reuniera a un grupo de vecinos de distintas edades pero que comparten una característica: o sufrieron aquella crisis, o forman parte de una clase trabajadora actual que hizo frente a otra recesión económica -la de 2008-. Por lo tanto, dos generaciones emparentadas, que sufrieron y sufren problemas similares. Y sufrirán, si se tiene en cuenta el devastador golpe económico que acabará provocando la actual crisis de la covid-19.

Es una película formada por diálogos interesantísimos. Por frustraciones compartidas. Una película que rescata una lucha olvidada. De hecho, como el mismo López Carrasco expuso en la masterclass que dio el pistoletazo de salida al festival, la intención del film es, entre otras, mostrar la cara más agria de una era transicional que para la sociedad española acostumbra a ser casi siempre sinónimo de alegría.

Premio al Largomentraje Nacional

De un conflicto a otro. Si el premio Don Quijote fue a parar a manos de un director que trata una problemática económica, el premio al Film Nacional hizo lo propio con la autora de un largometraje que tiene como escenario un cabaret: La Mami (2019). Dirigido por la toledana Laura Herrero Garvín, este documental muestra las relaciones que mantienen un grupo de bailarinas del cabaret mexicano La Barba Azul. Entre ellas, y con La Mami, la cuidadora del baño donde las mismas pasan tiempo durante sus jornadas laborales.

La mami (2019)

La película, por lo tanto, constituye una necesaria crítica al patriarcado y, especialmente, un soplo de feminismo -componente habitual en esas relaciones-. Un documental muy bien cuidado en términos artísticos y muy rico en cuanto al uso de fueras de campo, a tipos de encuadre o al posicionamiento de las cámaras -tanto subjetivas, en la zona de baile, como objetivas, en el baño-. Y eso que el reducido equipo técnico de la obra tuvo, como es esperable, dificultades a la hora de adentrarse en aquel ecosistema tan complejo y no alterar ninguna acción.

Y es, por otra parte, un documental mucho más breve que el de López Carrasco (80 minutos por los 200 minutos de El año del descubrimiento), pero cuya lentitud en determinadas ocasiones abre también ese espacio a la reflexión simultánea al visionado. Para procesar, especialmente, las duras consecuencias que impone el mencionado patriarcado en la vida, y que el feminismo intenta frenar mediante precisamente interacciones como las de la película. En ella, el feminismo se fragua dentro del mismo baño y, por ello, ese espacio adquiere tanto simbolismo y tanta relevancia.

El año del descubrimiento y La Mami también comparten el uso prácticamente único de escenarios y la sensación claustrofóbica y a la vez de intimidad que ello genera: si el primero transcurre casi en su totalidad dentro de un bar, el segundo hace lo propio dentro de las instalaciones del cabaret.

Premio al Largometraje Internacional

Por su parte, Um filme de verão (Una película de verano, 2019) se hizo con el premio Largometraje Internacional. Otro documental, en este caso de tintes experimentales. Dirigido por la novel brasileña Jo Serfaty, refleja situaciones cotidianas de cuatro adolescentes brasileños durante un verano marcado por cortes de luz, y en una realidad asestada por la situación precaria propia de los suburbios de Río de Janeiro en los cuales viven.

De hecho, esas precariedades -dadas especialmente en el ámbito social, y de forma descaradamente violenta- acompañan la narración pero en ningún momento la protagonizan. Por lo tanto, no se da la habitual pornografía en la que caen voluntaria o involuntariamente muchos autores de obras filmadas también en países subdesarrollados. La pornografía de centrarse sola o principalmente en el dolor o la violencia y, a la vez, obviar otros elementos tan o incluso más interesantes o llamativos -como cuando la adolescente, Karol, emula un videoclip de una cantante japonesa-.

Um filme de verão (2020)

Son simplemente tres chicos y una chica que realizan acciones propias de la ingenuidad y la inocencia de su edad. Tres chicos y una chica que, sin dejar de aceptar su realidad, sueñan con tener una vida mejor, al más puro estilo Soñadores, The Dreamers (Soñadores, 2003) de Bernardo Bertolucci. Tres chicos y una chica cuyas personalidades tan atractivas hacen de Um filme de verão una película atractiva y fresca.

Premio al Corto Internacional

En el apartado de cortometrajes, el premio al Corto Internacional fue para La fin des rois (El fin de los reyes, 2020) de Rémi Brachet. Una pieza que enseña cuatro realidades de la localidad de la banlieue parisina Clichy-sous-Bois. Una pieza que ejerce como escaparate de los problemas que afrontamos en nuestro día a día, ya que toca, básicamente, el feminismo y la inmigración. Un valor social en el que, junto al artístico, el jurado puso especial foco.

La fin des rois (2020)

Este fue el palmarés más destacado de una vigésimo séptima edición del Festival de L’Alternativa que, de forma telemática, brindó charlas o entrevistas con distintos y distintas cineastas. Y, cine, mucho cine. Proyectó 116 películas. Entre ellas, las premiadas y ya mencionadas, pero también títulos relevantes como el de A febre (2020) de Maya Da-Rin, reconocida como Mejor Película y Mejor Ópera Prima en el Festival Mar del Plata de Argentina en 2019. Victoria (2020) dirigida por Sofie Benoot, Liesbeth De Ceulaery y Isabelle Tollenaere, y ganadora del premio Caligari en la Berlinale 2020; o A shape of Things to Come (2020) dirigida por Lisa Marie Malloy y J. P. Sniadecki, presentada también en el Festival Internacional de Documentales de Copenhague. Una edición de L’Alternativa histórica y, seguramente, más alternativa que nunca.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *