
Entrevista a Icíar Bollaín: ‘Maixabel’
Entrevista a Icíar Bollaín
Maixabel
Durante este Zinemaldia tuve la ocasión de ver la nueva película de Icíar Bollaín, Maixabel, que retrata ciertos episodios de la vida de Maixabel Lasa y de los miembros de ETA que asesinaron a su marido, Juan María Jaúregui. Fue una de las películas que más me gustaron de esta edición del Festival y decidí entrevistar a su directora. La entrevista tuvo que ser por llamada telefónica.

Rubén Seca: Para empezar, me gustaría preguntarte por la raíz del proyecto. ¿De dónde surge tu necesidad o interés para realizar esta película?
Icíar Bollaín: Fue una propuesta de los productores -Juan Moreno y Koldo Zuazua- que nos hicieron a Isa Campos y a mí, para afrontar la historia de Maixabel Lasa. Yo a ella la conocía un poco de unas entrevistas que había leído hacía años sobre víctimas que habían participado en los encuentros. Me parecía que era una historia que merecía mucho la pena de ser contada, por todo lo que contenía y su complejidad, que hemos intentado plasmar en la película.
Rubén Seca: El trabajo de guion se percibe laborioso en un tema tan complejo y delicado. ¿Cómo fue el proceso de co-escritura junto a Isa Campos? ¿Qué dificultades encontrasteis en el camino?
Icíar Bollaín: Hubo una dificultad principal que fue el concentrar todo lo que pasa en estas dos horas de metraje de la película, porque estamos hablando de un atentado que se cometió en el año 2000 y luego unos encuentros en el 2011, y en ese lapso de tiempo a los personajes les pasaron muchas cosas. Maixabel Lasa elabora su duelo y tiene finalmente una disposición para con estos encuentros, mientras que paralelamente los etarras durante su etapa en la cárcel tienen un viaje de autocrítica muy profundo y reconocimiento del daño causado, que les permite sentarse a reconocer lo que han hecho con una de sus víctimas. Y todo ese proceso de los personajes es muy largo e introspectivo y lograr encontrar las escenas que lo comunicaran en poco tiempo fue una de las principales dificultades.
El trabajo con Isa fue estupendo, ella es una guionista extraordinaria. Juntas hicimos primero un trabajo de documentación y fuimos a entrevistar y hablar con todas las personas que pudimos: con Maixabel y su hija, también con los etarras responsables, así como con otras víctimas que había participado en los encuentros y con otras que no habían querido participar, con los mediadores, etc, para hacernos una visión general de qué y cómo habían sucedido los acontecimientos, para luego ver como plasmarlo en escenas y diálogos.
Rubén Seca: ¿Cuánto tiempo estuvisteis con este proceso de documentación?
Icíar Bollaín: Creo que entre todo estuvimos alrededor de un año. Hicimos bastantes viajes a Euskadi, también algunas entrevistas en Madrid. Fuimos a uno de los homenajes que hacen anualmente a Juan María Jaúregui. Y mientras tanto íbamos desarrollando el guion.
Rubén Seca: El cásting en general está genial, ¿cómo fue el proceso de cásting? ¿Tenías ya en mente a Luis Tosar y Blanca Portillo de buen inicio?
Icíar Bollaín: A Luis sí, dado que ya es la cuarta vez que trabajamos juntos, y él es un actor con una capacidad extraordinaria y tuve claro que hacía falta alguien como él para este papel, porque lo que hace y comunica su personaje es muy complicado y complejo, pues no es fácil poder plasmar estas experiencias tan extremas por las que pasó su personaje, y él lo borda.
A Blanca Portillo la elegí a partir de un pequeño grupo de actrices selectas que teníamos en cuenta, y ella me pareció la más adecuada para poder comunicar al personaje de Maixabel que estaba escrito de esa manera.
Rubén Seca: El dúo interpretativo de ambos protagonistas tiene una enorme fuerza en la película. ¿Cómo fue tu trabajo con ambos tanto en la preparación de los personajes como durante el rodaje?
Icíar Bollaín: Lo principal fue hablar mucho con ellos. Toda esa documentación que habíamos recabado Isa y yo para entender la historia y el camino que recorren sus personajes, era necesario explicarlo y compartirlo con ellos, para que lo asimilaran. Analizamos cada escena juntos, porque cada una tiene mucha trastienda, lo que se dice allí es muy escueto pero el subtexto que hay detrás de lo que se dice y de donde viene, era importante que lo entendieran los actores. Ellos además hicieron también su trabajo y se reunieron con las personas reales de sus personajes, para conocerlos mejor y asimilarlos.
Rubén Seca: En nuestra sociedad impera en la actualidad una especie de cuestionamiento constante sobre la Justicia en ciertos aspectos, normalmente por desconocimiento. Tu película juega un roll importante en este tema. ¿Cuál es tu visión de la Justicia?
Icíar Bollaín: Cuando se comete un crimen o un delito, hay una parte que corresponde al castigo que se aplica a la persona que ha perpetrado dicho crimen o delito. Pero luego hay otra parte de la Justicia o del sistema penitenciario, muy importante, que es la reinserción de dicha persona en la sociedad una vez ha cumplido su castigo. Y me parece que lo que plasmamos en la película de los encuentros que hubo, va dirigido en esta línea. Una persona que sale de la cárcel una vez ha cumplido su condena y que ha logrado reconocer el daño que ha causado y que está completamente arrepentido de forma sincera, es una persona que podrá reintegrarse con mayor facilidad en la sociedad a la que ha hecho daño: pues estos delitos concretamente de terrorismo no afectan solo a las víctimas sino a toda la sociedad.
Rubén Seca: Las nuevas generaciones quizá no saben demasiado sobre ETA. ¿A qué crees que se debe?
Icíar Bollaín: Principalmente a que son jóvenes y a que la mayoría no lo han vivido, y que quizás es un tema que ya no está tan presente ahora. Tenemos además un problema en como estudiamos nuestra propia Historia en general con ciertos temas. En la escuela por ejemplo, recuerdo que nunca llegamos a estudiar la Guerra Civil, estaba en los libros de texto pero nunca llegamos a abordarlo. Creo que es muy importante conocer nuestra Historia, y especialmente aquella que ha causado tanto dolor: la historia de la violencia, para evitar que se repita, hablar de ello y analizarlo para que no vuelva a suceder. Lo mismo pasa con ETA, que es un tema bastante tabú. Creo que es un tema enorme y complejísimo, que ha cubierto cinco décadas de nuestro país, y tocaría hablar mucho más de ello, en literatura, teatro, cine, lo que sea para darlo a conocer mejor, escuchar voces de las personas implicadas y afectadas, para que haya un conocimiento más profundo de este gran conflicto trágico por el que pasó nuestro país.
Rubén Seca: Hablando sobre aspectos más técnicos, ¿cómo fue tu planteamiento de la puesta en escena y el planteamiento cinematográfico en general de la película?
Icíar Bollaín: Hay un trabajo muy bonito que realizamos con los directores de fotografía, arte y vestuario, que consistió por una parte en contar la historia con austeridad, sin hacernos notar, sin que la cámara cobrara mucha presencia, buscando ser discreta, y luego hay también un tratamiento que quizás se nota poco, pero que le da a todo unidad, en la elección de colores, separando el mundo de cada personaje y diferenciándolo del de otros, con un trabajo en la puesta en escena cuidado hacia la sobriedad. Hubo un trabajo con todos los departamentos para lograr transmitir lo que estamos contando, todos en la misma dirección.
Rubén Seca: ¿Cuál fue la mayor dificultad a la que te tuviste que enfrentar como Directora durante el rodaje o la preparación?
Icíar Bollaín: El rodaje y la preparación no fueron ninguna dificultad, tuve la suerte de contar con un equipo técnico mayoritariamente vasco fabuloso. Quizás lo complicado fue a la hora de montar, por lo delicado del tema, el encontrar el ritmo, encontrar el tono, el elegir la temperatura emocional de las escenas, para no pasarte o quedarte corto, porque tienes diferentes tonos por parte de los actores, pues a veces te dan más o a veces están más contenidos, y hay que saber elegir para no perder el hilo. Fue un trabajo de mucha concentración y de entender lo que tocaba contar y transmitir en cada escena.
Rubén Seca: Maixabel Lasa me parece un caso excepcional, y quizás un ejemplo a seguir. Me gustaría conocer tus impresiones sobre ella.
Icíar Bollaín: Me parece una mujer estupenda, como figura me parece un referente total. No sé si es un ejemplo a seguir, en el sentido de que cada víctima tiene su propio proceso y que nadie está obligado a seguir los pasos de ella, no es mejor o peor lo que ella hizo, pero si crees que te va a ayudar a sanar, el camino que hizo Maixabel es maravilloso. Maixabel es una mujer que tiene unas ideas y unos principios muy sólidos, que piensa que hay que dar segundas oportunidades, incluso a las personas que le hicieron tanto daño como en este caso. Y me parece muy inspiradora y muy cercana y accesible, el haber estado cerca de ella es algo que me llevo para el resto de mi vida.