27 Festival de Animación ANIMAC 2023

Gracias a la coincidencia entre suerte y tiempo libre, estuve los cuatro días del Animac, del 23 al 26 de febrero, en la ciudad de Lleida. Una experiencia totalmente recomendable para amantes del cine de animación y todas sus otras disciplinas.

El Festival de Animación Animac este año completa su edición 27 y la experiencia se nota. La selección de las películas es excelente y la programación incluyó conferencias, talleres y exposiciones para todos los públicos. Un evento del que sin duda vale la pena hablar.

Donde termina el cliché empieza la imaginación

Mientras estaba sentada en la sala de cine viendo uno tras otro los cortometrajes del festival, me preguntaba ¿por qué me gusta más la animación que los audiovisuales con personas reales (también llamado live action)? ¿Por qué cuando veo un dibujo, una línea o una forma abstracta me siento más identificada?

Sentada en una sala inmensa, con más butacas que espectadores, a la espera de una descarga de imágenes, llegó la respuesta: la animación es poesía, el live action es prosa. En la animación un sentimiento se puede convertir en un objeto, un color o una línea; va más allá de los símiles, en la animación la literalidad de lo inaprensible es posible.

Jueves 23

En la primera sesión de cortometrajes llamada escuetamente “Cortos 1”, vi piezas de Canadá, Portugal, Francia, China, Estonia, Reino Unido, Israel y Estados Unidos. Una muestra variopinta de diferentes visiones sobre temas tan diversos, como imaginaciones posibles.

Toda la selección fue bella, pero Tomato Kitchen de Junyi Xiao, me llamó la atención especialmente. Esta producción China ilustra las contradicciones de alguien especial tratando de ser igual a los demás para poder sobrevivir, a pesar de su propio bienestar. A nivel técnico, esta pieza es sencilla y limpia, pero en cuanto a su mensaje es brutal. Tomato Kitchen, en 8 minutos me llevó al llanto silencioso y reconfortante que solo encuentro en la oscuridad de una sala de cine.

Gracias al humor, mi primer día de Animac no fue solo llanto. En la franja “Animac Cartoon”, me destornillé de la risa con la serie Pobre Diablo, que además de revolcarse en humor negro y gore, es la primera serie de animación para adultos de HBO Max, creada por Joaquín Reyes, Miguel Esteban y Francesca Nicoll. Una serie totalmente recomendada para quienes disfrutamos de situaciones políticamente incorrectas adornadas con clichés satánicos.

El matrimonio Diablo-Humor, ampliamente trabajado en el arte, tiene en esta serie otro momento de feliz encuentro. Como diría Umberto Eco “La risa mata el miedo y sin el miedo no puede haber fe; porque sin miedo al Diablo ya no hay necesidad de Dios”.

El primer día de Animac cerró con la ceremonia de inauguración donde, además de homenajear a Anca Damian con el Premio de Honor y a Juan Pablo Zaramella como Animation Master 2023, los asistentes vimos el largometraje Island de la directora rumana y el cortometraje Pasajero nominado a los Premios Oscar, del argentino.

Viernes 24

El segundo día de Animac me lo tomé con calma. Di un paseo por la ciudad para ver las cigüeñas. Dinosaurios modernos que anidan en lo más alto de los postes de Lleida. Observándolas con calma, me pregunté ¿en qué momento de la historia a alguien se le ocurrió que una ave de estas era la responsable de traer los niños al mundo?. Hipnotizada con sus movimientos, seguí mi camino hasta el CaixaForum, donde hice dos cosas: ver la exposición dedicada al proceso creativo de los personajes de películas de Pixar, como Toy Story, Buscando a Nemo, Cars, entre otros, y darme otro atracón de cortometrajes de estudiantes de animación de todo el mundo.

La selección “Futuro Talento” contó con la participación de cortometrajes de Alemania, Francia, China, Croacia, Reino Unido, Israel e Irlanda. Un paseo por diferentes obsesiones, preguntas y delirios tan propios de la vida adulta: temor a la muerte, problemas para socializar e inseguridades; en general, trece visiones donde la angustia parecía ser el factor común de las producciones.

Para aligerar un poco mi mente, decidí retomar el festival con una sesión menos introspectiva, o por lo menos eso era lo que el título en la programación me sugería “Monográfico 2. Planetas salvajes”.

Debo reconocer que quería ver diferentes copias de Planeta Salvaje de René Laloux y para mi dicha, el primer mediometraje llamado Terra Incognita de Adrian Dexter y Pernille Kjaer, sí que me recordó la película. Coincidencias como humanoides de color azul, animales imposibles y paisajes salidos de algún planeta que no es este, fueron la apuesta de esta producción franco-danesa que, a pesar de estar claramente inspirada en la película Planeta Salvaje, logró valerse por sí misma gracias a la singularidad de su historia y la belleza de sus imágenes.

En esta atinada selección de surrealismo también pudimos ver piezas de diferentes partes del mundo como Japón, Polonia, Croacia, España, Francia y Dinamarca. Todas con una calidad impecable. Bravo por la curaduría del Festival. ¡Bravo, Carolina López!

A continuación, la sesión “Futuros Talentos 3” como describía el programa, presentó lo bueno y mejor de los films de estudiantes de todo el mundo: Suiza, Irán, Israel, Singapur, Hungría, Francia, República Checa, China y Austalia.

De esta selección, el cortometraje An Ostrich Told Me The World Is Fake And I Think I Belive It del australiano Lachlan Pendragon, llamó mucho mi atención. En 11 minutos expone los secretos de la animación en stop motion mientras en paralelo devela los secretos del capitalismo… o al menos así me parece. Además, el cortometraje es un ejemplo de técnica, precisión e interpretación más que sobresaliente.

Cortometrajes muy acertadamente anunciados como la “crème de la crème mundial” siguieron dándole sentido a este viernes de Animac. Esta vez los asistentes tuvimos la oportunidad de escuchar Jin Woo, Vuk Jevremovic, Joseph Wallace y Carmen Córdoba, quienes compartieron sus ideas acerca de sus piezas.

Aunque estaba saturada por la cantidad de imágenes que había consumido, escuchar a las y los artistas, me animó a continuar en la misma silla donde llevaba horas sentada.

Con el interés renovado me hundí en la sala de cine y disfruté de Of Wood del estadounidense Owen Klatte, Pachyderme de la francesa Stephanie Clement, 11 del croata Vuk Jevremovic, Miracasas de la Suiza Raphaelle Stolz, Letter To a Pig de la israelí Tal Kantor, Amarradas de la española Carmen Córdoba, Zoon del alemán Jonatan Schwenk y Salvation Has No Name del Inglés Joseph Wallace. Esta selección de piezas no solo hizo gala de belleza audiovisual, sino que reflexionó sobre temas importantes para la humanidad.

Para terminar el día fui al Café del Teatre, un espacio fuera de la Llotja, donde acompañada de una caña, me apliqué una dosis de humor absurdo e historias extravagantes. La experiencia fue increíble: una tierna lluvia de sangre y tripas, cayendo sobre la espuma de una deliciosa cerveza.

De esta última sesión del sábado, quiero resaltar el cortometraje The Sausage Run del alemán Thomas Stellmach. Una nueva versión de Caperucita Roja que, a pesar de estar tan ampliamente versionada, Stellmach logra retorcer un poco más. Un cortometraje con tintes caníbales que se revuelca en el humor negro con mucha gracia. Una vez más, gracias al ingenio humano por inventar lo re-inventado.

Sábado 25

El sábado empezó en la cafetería de la Llotja con los y las artistas. Un espacio donde los asistentes al Animac 2023, compartimos un café y una charla amena con la directora coreana Jin Woo autora de Garisani. Además de escuchar las reflexiones sobre stop motion, teatro, industria de animación para adultos y desarrollo creativo del Inglés Joseph Wallace. El realizador español Josema Valenzuela, también habló acerca de su cortometraje Estic bé, mamà. Una pieza que abre una ventana a la intimidad de este joven artista, que además trabajó con Carmen Córdoba en su cortometraje Amarradas.

Carmen Córdoba también estuvo en el café. Charlando amenamente con una sonrisa de oreja a oreja y contando diferentes anécdotas sobre el proceso creativo de Amarradas.

Carmen Córdoba y su mágica realidad

La realizadora audiovisual, escritora e ingeniera informática, Carmen Córdoba, es ante todo una mujer con el corazón de fuego e ideas honestas. El valor de su trabajo no solo reposa en la belleza de sus imágenes, sino en el realismo de sus historias. Realismo que bien podría ser mágico, pero a la inversa, es decir, mostrar lo cotidiano y común como algo irreal y extraordinario. Una suerte de mágica realidad ¡Así! En femenino.

La impresión que me dejó el cortometraje Amarradas (nominado como mejor cortometraje de animación, en los premios Goya 2022) fue de sinceridad. Me sentí reflejada. Una mujer que se aleja de su madre y luego enfrenta la vida a la sombra de la muerte.

Tal vez mi historia personal hace que este cortometraje me resulte tan impactante. Sin embargo, cuando me alejo del ombligo y veo la pieza con ojo “crítico” (si es que tal cosa es posible), encuentro belleza en todas partes. Por ejemplo, la escena del parto. Una imagen con colores vibrantes, en donde se ve explícitamente el momento del alumbramiento, sin metáforas, ni censuras, es lo que es: una mujer que se parte en dos, mientras sale de su vagina una nueva vida.

Respecto a esta escena, Josema Valenzuela animador de “Amarradas” explicó que se documentó viendo videos de partos reales. Carmen Córdoba por su parte, habló acerca de cómo la realidad virtual inspiró algunas de las texturas que hacen esta escena tan especial.

La charla se extendió un rato más en la cafetería y yo seguí mi camino. Un día más de Animac. Un día más de animación.

“Marcel the Shell whit Shoes on” el ejemplo de ternura radical

Al final de la tarde vi Marcel the Shell whit Shoes on. Un hermoso largometraje nominado a los Premios Oscar.

Esta pieza, para mí, fue la película más hermosa que vi en el festival. Una obra con personajes delicados, sencillos y sobre todo con alma, con ánima.

Marcel es (como bien dice el título de la película) una concha con zapatos que vive con su abuela (también concha) en una casa alquilada. Aquí, un videógrafo empieza a filmar el sencillo, pero profundo estilo de vida de Marcel y su abuela. Ellos “no solo quieren existir, sino llevar una buena vida” así que tienen pelotas de tenis que hacen de coches, huertos adaptados al tamaño conchita y mini habitaciones llenas de detalles donde la vista se pierde con ternura. Para mí Marcel the Shell whit Shoes on es un ejemplo de ternura radical presentada como falso documental animado.

 

Domingo 26

El último día del festival una parte de mí quería consumir hasta el último segundo de película y otra quería ver la ciudad. Así que hice las dos: salí a dar un largo paseo por el río Segre y luego vi películas.

Las cigüeñas siguen descansando en enormes nidos apuntalados en lo alto de postes eléctricos, mientras algunas palomas anidan más abajo, en los árboles que acompañan el río. Aire fresco de invierno. Mañana de cielo gris que combina con el blanco y negro de las cigüeñas. Con la belleza que la imaginación añade a los recuerdos, revivo esa hermosa mañana en Lleida. La vida fuera de la pantalla es así y también es hermosa.

Después de respirar, caminar y volver a sentir la vida fuera de la sala de cine, decidí que ya era hora de volver. Después de todo yo estaba ahí para eso… Aunque estaba cansada.

Fui a la muestra del “Pequeño Animac 4”, una sesión principalmente familiar e infantil donde las protagonistas fueron historias de viajes al espacio y astronautas. Una selección bonita, hecha con cuidado y contenidos acertados para los tiempos que vivimos. Mensajes de tolerancia, solidaridad, respeto, amor e inocencia.

A eso de las dos de la tarde del domingo 26 de febrero, di fin a mi asistencia al Festival de Animación Animac 2023. Estaba cansada y quería volver a sentir mi cuerpo, no solo los ojos y el cerebro, sino todo, las piernas, la espalda. Así que tomé mi chaqueta y salí. Afuera de la Llotja una cigüeña me esperaba para dar un paseo.

 

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