La mesita del comedor de Caye Casas. Visita a ECIB
La mesita del comedor (2022), ganadora a mejor película en la Semana de cine fantástico y de terror de San Sebastián —entre otros, que incluyen 12 premios alrededor de todo el mundo como mejor guión, mejor película o mejor interpretación — es el segundo largometraje de Caye Casas, que con su visión pesimista y caricaturesca de la vida, sorprendió al mundo del cine con una película de bajo presupuesto, cien por ciento independiente.
Su experiencia como ilustrador y su visión radical del cine lo hacen un director único en el panorama actual. Caye hace las películas que quiere y puede hacer. No cede en el proceso creativo; cree en el cine independiente de bajo presupuesto, y de la absoluta libertad que ello supone.
Me enteré de la película de la misma manera que todo su público lo hizo: de boca a boca. Sin distribuidores ni una campaña de marketing extravagante, La mesita del comedor ha recorrido todo el mundo, de festival en festival, y ha sido un éxito de taquilla en países como Argentina o México.
Fui a verla en una de sus últimas funciones en los Cinemes Girona, y la experiencia fue impactante. Todos los espectadores salieron de la sala comentando con ahínco sus impresiones de la película. A algunos les encantó, a otros les pareció mala, pero ninguno de ellos será capaz de olvidarla. Las impresiones que causa se fijan en el espectador, y la trama y las temáticas tratadas son diferentes a todo lo que se haya visto en los últimos años en las salas de cine.
Con un tono estrambótico y una trama que roza los límites de lo verosímil, la película nos lleva en un viaje hacia el horror de lo cotidiano. No es una película de terror, pero es una película terrible, no tanto por la sucesión de los hechos, como por su humor negro que provoca una sonrisa culpable en el espectador. Por todo ello, la hacen una película incómoda y fascinante.
Definitivamente, no es una película de Netflix o Amazon, es una película de Caye Casas, y la visión singular del director tiene una presencia conmovedora. Llegar a este nivel de elección supone separarse del camino industrial del cine: Las ayudas públicas, las grandes productoras, etc. El presupuesto de este largometraje es menor al de la mayoría de cortometrajes profesionales. Su calendario de rodaje fue de tan solo diez días y tres locaciones, dos de las cuales tienen una presencia mínima en el metraje. La locación principal es el piso de una amiga de Caye. Un equipo reducido, en el que cada persona tenía más de un cargo y donde todos hacía un poco de todo.
Desde el punto de vista de un estudiante de cine, la idea de hacer una película al margen de la industria es, cuando menos, atractiva. Su experiencia nos sumerge en una reflexión frente a la manera como queremos hacer cine, y nos abre la mente a las posibilidades que existen, en una época en la que cada vez es más viable.
Por suerte, Caye Casas nos visitará el viernes 16 de febrero, en una sesión en la que podremos comentar los aspectos dramáticos y técnicos de la película, así como las peripecias y dificultades que supuso la producción, o las experiencias de un hombre que se ha dedicado al cine sin entrar en el juego industrial. La sesión dará inicio a las 16:00h con la proyección de La mesita del comedor. A las 17:30h, tras el visionado de la película, podremos conversar con el director. Están todos invitados.