77 Festival Internacional de Cannes-2024. LIBERTAD, DIVERSIDAD, UNIÓN Y FEMINISMO
La libertad de expresión, de género, el trabajo colectivo no son cosas que se den así por entendido. No todos los seres humanos de este planeta gozan de esos bienes tan preciados que para nosotros parecen darse por evidentes. Y debemos luchar con todo lo que tenemos en nuestras manos para no perderlos.
El póster de este año, inspirado en la película “Rhapsody in August” (1991) de Akira Kurosawa (que cuenta la historia de una anciana que se recuerda accidentalmente del calvario por el que tuvo que pasar ella y su familia después de caer la bomba atómica sobre Nagasaki en 1945) nos recuerda el horror de la guerra.
Con la presentación de su película “Moi Aussi” al comienzo del festival, la actriz Judith Godrèche, quién en febrero pasado denunció los abusos sexuales en la industria cinematográfica francesa en la entrega de los premios César, lleva el debate #metoo a la alfombra roja del festival más importante de cine en Europa.
En esta versión 77 del Festival de Cannes, bajo la Dirección Artística de Thierry Frémaux, compitieron 22 películas, – más el film de apertura “The Second Act” de Quentin Dupieux, fuera de competencia – que nos ofrecieron un diálogo, cuya resolución quedaría reflejada al final del certamen, con la acertada entrega de premios.
“The Apprentice” de Ali Abbasi, “Motel Destino” de Karim Ainouz, “Bird” de Andrea Arnold, “Emilia Pérez” de Jacques Audiard; que ganó el Premio del Jurado, más el premio a la mejor actriz, (que por primera vez era otorgado a un elenco de actrices en vez de solo a una) convirtiendo así a Karla Sofía Gascón en la primera actriz trans en recibir este galardón dentro de este certamen; “Anora” de Sean Baker, ganadora de la palma de oro a la mejor película; “Megalópolis” de Francis Ford Coppola; “The Shrouds” de David Cronenberg; “The Substance” de Coralie Fargeat, ganadora del mejor guión; “Grand Tour” de Miguel Gomes, quién ganó el premio a la mejor dirección, fueron algunos títulos.
También fueron por la palma de oro “La Plus Précieuse Des Marchandises” de Michel Hazanavicius, “Marcello Mio” de Chistophe Honoré, “Caught By The Tides” de Jia Zhang-Ke, sin éxito, a excepción del último, que tuvo buena acogida en la prensa.
“All We Imagine As Light” fue merecedora del Gran Premio del Jurado. Es la segunda película de la directora Payal Kapadia.
Yorgos Lanthimos tampoco se fué con las manos vacías gracias a Jesse Plemons quien recibió el premio al mejor actor por sus magníficas interpretaciones en “Kinds of Kindness” .
“ L’Amour Ouf” de Gilles Lellouche; “Trei Kilometri Pana La Capatul Lumii” de Emanuel Pârvu, no lograron mayor reconocimiento.
Muy al contrario de “The Seed Of The Sacred Fig” de Mohammad Rasoulof, quien ganó el premio especial del jurado y que seguramente merecía la Palma de Oro. Con él en la sala estaban sus tres jóvenes actrices principales; los dos actores adultos no habían recibido permiso para salir de Irán lo que Rasoulof protestó mostrando sus fotografías frente a las cámaras. En su discurso, se dirigió a sus compatriotas y los animó a seguir oponiéndose al injusto régimen que oprime el país. El público presente en la sala le dedicó una gran ovación.
“Oh Canada”, “Limonov – The Ballad” , “Wild Diamond” de Paul Schrader, Kirill Serebrennikov y Agathe Riedinger respectivamente, junto a “Parthenope” de Paolo Sorrentino y “Pigen Med Nålen” (The Girl With The Needle) de Magnus von Horn, cierran la lista de títulos en competencia.
Como parte del Festival, pero fuera de competición se estrenaron, entre otras cosas, la primera parte de la serie estilo Western “Horizon: An American Saga» de Kevin Costner y la película apocalíptica “Furiosa: A Mad Max Saga» de George Miller.
El ciclo Cannes Classics contó con “Scénarios», la última película realizada por el director franco-suizo Jean-Luc Godard (1930-2022), que completó poco antes de su muerte. Allí también se presentó una versión restaurada de “Napoleón» (1927) de Abel Gance.
El Premio Honorífico a la Trayectoria fue otorgado a los cineastas estadounidenses George Lucas y Meryl Streep, así como al estudio de animación japonés Ghibli, incluso antes de que comenzara el festival.
Otra actriz francesa, Camille Cottin, fue seleccionada como maestra de ceremonias (“maîtresse de cérémonie”), tanto en la inauguración, como en la clausura.
El jurado tomó la palabra al final del diálogo propuesto por Thierry Frémaux y dió su opinión; a la que no es difícil acostumbrarse, pues toda esa opinión iba en sintonía directa con la de la prensa y el público. Sobre todo el público. Todos los títulos que lograron alguna nominación eran favoritos: “Anora”, “All We Imagine As Light”, “Emilia Pérez ” y “The Seed Of The Sacred Fig” así como “The Substance”.
También se pronunciaron tanto a favor del cine artístico construido e imaginado por Miguel Gomes, como de las habilidades interpretativas de Jesse Plemons, que tal vez no haya sido tan llamativo como Sebastian Stan, que interpreta muy bien a Donald Trump en la película de Abbasí, o Ben Whishaw, que da testimonio de su maestría interpretando a un furioso Limonov. No, el jurado optó por un artesano de brocha fina, que interpreta tres papeles distintos en la película episódica de Yorgos Lanthimos que convence y fascina en todo momento.
Si bien es cierto que el film de apertura fue de un director y no de una directora, la preponderancia de lo femenino se vio retratada en el tablero de películas que nos ofreció el certamen:
En primer lugar se proyectaron las películas en competencia de las directoras Agathe Riedinger, Andrea Arnold, Coralie Fargeat y Payal Kapadia, todas dignas de ver y con mucho impacto en la audiencia. Las dos más fuertes de ellas, “The Substance” y “All We Imagine As Light” fueron premiadas por el jurado.
Allí estaban también los títulos de las películas, tres de ellas llevaban los nombres de sus personajes principales: “Emilia Pérez”, “Anora” y “Parthenope”, además de “Pigen Med Nålen (The Girl With The Needle)”.
En 14 de las 22 películas en competencia, las mujeres eran el centro de atención. Sus protagonistas eran mujeres. Las historias fueron contadas desde sus puntos de vista, y muchas veces en contraste directo con los personajes masculinos y hasta siento víctima de ellos, como apreciamos en “The Seed Of The Sacred Fig”, “Wild Diamond”, “Grand Tour”, “Emilia Pérez”, “Motel Destino”, “La Plus Précieuse Des Marchandises”, “Caught By The Tides” o, en un crossover aún más radical como el que Christophe Honoré nos muestra en su “Marcello Mio” , donde Chiara Mastroianni literalmente se transforma en su propio padre, el actor italiano fallecido en 1996 Marcello Mastroianni.
Sam Baker, ganador de la Palma de Oro a la mejor película con “Anora”, le dedicó su triunfo a la actriz protagonista de su historia, a su madre, a su esposa y a todas las prostitutas del mundo.
El premio de jurado que se llevó “Emilia Pérez”, de Jacques Audiard, una historia trans, que además se valió de un segundo premio por mejor actriz a todo el elenco femenino (algo que pocas veces ha sido visto en Cannes).
“All we imagine is light” de la directora Hindú Payal Kapadia se quedó con el Gran Premio del Jurado.
El punto de vista femenino en el cine no está solamente determinado por quién dirija la película, es un trabajo colectivo, cooperativo, un espacio de diálogo intercultural, multicultural y multidisciplinario.
Un director francés que dirige a un elenco de actrices mexicanas – entre ellas una actriz trans – en una película que nos habla de la violencia en México, donde se estima, según cifras oficiales, hay más de 100.000 asesinados desaparecidos.
Un director estadounidense que nos habla de prostitución, otro, un iraní, escapando de su propio país bajo pena de presión, hablándonos de una revolución feminista por la cual atraviesa Irán bajo un régimen represivo, son temas que van de la mano con los falsos ideales de belleza, como nos da a entender Coralle Fargeat, o dos enfermeras que, con problemas en sus relaciones con sus parejas, deciden irse a la aventura a una playa a encontrarse a si mismas.
Los hombres también fueron retratados, es cierto, pero en su mayoría eran historias sobre hombres atormentados que luchan consigo mismo o en sus interacciones con las mujeres, como en “Oh, Canada” de Paul Schrader con Richard Gere o “The Shrouds” de David Cronenberg con Vincent Cassel.
O se trataba de crímenes de odio cometidos por hombres contra un solo hombre, como en “Trei kilometri până la capătul lumii” de Emanuel Pàrvu, o simplemente de juegos de poder como en “Megalopolis” de Francis Ford Coppola.
La masculinidad egocéntrica, tóxica y violenta, imposible de defender ni con la mejor voluntad del mundo, como en “Limonov – The Ballad” de Kirill Serebrennikov y especialmente en “The Apprentice” de Ali Abbasi sobre el ascenso y la creciente deshumanización de Donald Trump está especialmente retratada. Ambos personajes reales de la historia mundial.
Los hombres juegan el papel de egocéntricos, extremistas, mitómanos, atormentados, cobardes, sometidos, resignados, homófobos, sexófobos, violadores, ávaros…
Estos títulos fueron sabiamente ignorados en el palmarés por el jurado que presidía Greta Gerwig: es bueno haberlos visto y discutido, sabemos que éstas figuras existen, pero no queremos seguir deleitándonos malévolamente con sus acciones cínicas. Mejor que sean otras las estéticas que determinen el camino.
Queda por ver, en retrospectiva, si ésta versión 77 será tan valorada como la excepcional versión del año 2023, que coronó películas como “Anatomy Of A Fall”, de Justine Triet, “Perfect Days” de Wim Wenders o “The Zone Of Interest”; (esta última, con 820.000 entradas vendidas) éxitos de taquilla inesperados.
¿Quién hubiera soñado esto cuando pudimos ver la película de Jonathan Glazer por primera vez hace un año? Pero si nos fijamos en el entusiasmo que «Anora», «Emilia Pérez» y «The Seed Of The Sacred Fig» en particular despertaron entre el público, entonces es posible que los impulsos comerciales vuelvan a venir de Cannes.
Pero, sobre todo, una cosa es segura después de este año: ¡el cine está vivo! ¡La gente habla del cine! ¡El cine interviene en el discurso público!
Es tan peligroso, que un cineasta se enfrenta a prisión y azotes en su país de origen. Y es tan vital que incluso un candidato presidencial estadounidense está intentando parar la película a través de demandas. Y es oportuno, apasionado y relevante. Porque habla de lo importante: de la LIBERTAD, de la DIVERSIDAD, y de la UNIÓN