20 reflexiones sobre el seminario de Víctor Erice
Del 20 al 24 de Febrero, Víctor Erice estuvo en ECIB para impartir un seminario de 20 horas sobre la relación entre el cine y la pintura. Hemos reunido los apuntes de los diferentes miembros de la revista que asistimos al seminario, y han resultado estas reflexiones. Son solamente una pequeña pincelada, que no pretende en absoluto intentar resumir el contenido del seminario, lo cual sería absurdo e inabarcable. Tampoco pretende plasmar literalmente lo que dijo Víctor Erice. Sólo son algunas ideas que quedaron en nosotros.
La naturaleza del cine
1. Hacer cine para conocer realmente algo. Si ya se conoce de antemano, se pierde el carácter de aventura.
2. El arte es una acción espiritual, que debe ser libre del concepto utilitario.
3. El cine es un arte del tiempo, en formas del espacio.
4. La imagen es un fantasma de la realidad.
5. Las carencias técnicas ejercitan la imaginación.
6. Ir en tren se parece a la experiencia cinematográfica.
7. El azar es vital en el cine. Las cosas que funcionan y tienen vida no son premeditadas. Las flores que brotan conservan un aroma, no como las de plástico.
8. Es muy diferente ver una película en el momento y el contexto de su creación, o verla 30 años después cuando ya se ha convertido en historia, y es un mito admirado y recordado. Es un gran honor poder ver las grandes películas en el momento de su nacimiento.
9. Conviene diferenciar muy claramente la diferencia entre el cine, y el audiovisual.
10. El cine se ve afectado por la aceleración de la humanidad. Mientras la sed de información aumenta, el conocimiento disminuye. Además del problema con la contaminación atmosférica, la sociedad tiene un problema de “polución de la imagen”.
11. La influencia de la televisión ha provocado que se confunda la filmación cinematográfica con la retransmisión de una historia. Por ello se ha perdido la pulsión de encuadrar. El cine mudo era de una precisión de encuadre extraordinaria.
El cine y la pintura
12. La pintura es un lenguaje que calla.
13. Es un gran peligro buscar en los planos una semejanza superficial con los cuadros. Si es excesiva puede ir en contra de la narración, la credibilidad y la empatía con los personajes (crea un distanciamiento). Lo interesante es el parentesco lejano entre la pintura y el cine. Si buscamos lo pictórico podemos acabar encontrando lo estético. Cómo diría Bresson, hay que buscar “la belleza de lo necesario”.
14. “El desierto rojo” de Antonioni: la plasticidad es tanta que cuesta conectar con la narración. La teórica justificación es que la protagonista es un personaje desequilibrado, pero sin embargo la película no tiene un punto de vista subjetivo. Según Víctor Erice, hay algo ahí que no acaba de funcionar.
15. El cine moderno, con su estructura abierta, se acerca más a la pintura porque deja más espacio al espectador para que complete la historia con su imaginación. Al no conocer del personaje más que lo que vemos, el misterio es mucho más grande. El cineasta es como ese pintor que pinta lo que tiene delante (que interactúa con lo real). Especialmente en la modernidad, que se basa en la captación directa de las cosas.
16. Durante siglos el estatuto de la imagen perteneció a la pintura. Con la aparición del cine y la fotografía, la pintura figurativa se ve sustituida en su función de retratar la realidad.
17. La aparición de un pintor o una pintura en una película, casi siempre va relacionada con la locura, la enfermedad o el misterio. De alguna forma, la sociedad ha sentido siempre por el arte una combinación de temor y curiosidad.
18. Momento Auroral:
–Pintura: las pinturas en las cavernas.
–Cine: el cine mudo. “Eran grandes artistas sin conciencia de serlo.”
19. La necesidad de representar está unida al arte funerario, a embalsamar al ser vivo para siempre.
20. La aparición de las cámaras de vídeo domésticas son un triunfo del cine (a pesar de que estén provocando una sobrexplotación de la imagen). Ahora el cine puede realizarse en soledad, algo que estaba reservado a otras artes como la pintura o la escritura. Hoy, el cineasta puede parecerse más al pintor.