«Human, Space, Time and Human» de KIM Ki-duk

El célebre director surcoreano volvió a estar presente una vez más en la Berlinale, donde ya fue premiado con el Oso de Plata al mejor director en el 2004, con Samaritan Girl. Su nuevo filme, a pesar de tener un perfil político muy idóneo para la Sección Oficial, fue presentado finalmente como película de apertura en Panorama. La propuesta de Human, Space, Time and Human parte conceptualmente de una idea similar a la de su compatriota Bong Joon-ho en Snowpiercer, pero llevándola a su terreno, con un registro naturalista.

La historia, separada en tres actos y un epílogo -señalados por el título-, transcurre a bordo de un destructor de la Segunda Guerra Mundial, remodelado como crucero vacacional, y en el que se han embarcado alrededor de 100 pasajeros que representan distintos estratos y clases sociales. Entre ellos se encuentra el político candidato a las próximas elecciones estatales con más posibilidades de ser elegido nuevo presidente. Un grupo de gánsteres de pacotilla se aproxima a él para ofrecerle sus servicios, y, a consecuencia de ello, no tarda en llegar el uso de la fuerza contra el resto de pasajeros, que se quejan de los privilegios de los que goza el político a bordo del barco. Los actos violentos se suceden con rapidez, hasta el punto de asesinar a la persona que más protestaba contra las injusticias, y acto seguido realizar una serie de violaciones a su novia. Tras cruzar este umbral, el segundo acto empieza a la mañana siguiente, cuando los pasajeros descubren que el barco está flotando por encima de las nubes y que están completamente aislados. A partir de aquí, la situación va escalando de forma incesante, en una lucha de clases por el poder y el control de los limitados víveres.

Sin necesidad de revelar más sobre el argumento, la pieza es de principio a fin una cruda fábula sobre la condición humana, una metáfora sobre la política contemporánea y una alegoría bíblica sobre la historia de la humanidad; un peculiar cóctel antropológico cinematográfico. A pesar de que nació con anterioridad al proyecto de mother! de Darren Aronofsky, comparte ciertos símiles con ella, aunque mucho más obvia y previsible que la citada, con personajes muy arquetípicos. El planteamiento y el tono inicial pueden resultar incluso ingenuos y forzados, pero una vez uno acepta las reglas del juego planteadas por KIM Ki-duk, el filme cobra gran intensidad, y va ganando enteros a medida que uno se adentra en su propuesta. El director surcoreano reconoce que llevaba tiempo queriendo tratar el tema del ser humano desde el punto de vista de la naturaleza. Según él, la raza humana ha sobrevivido al ser humano, es decir, devorándose entre ellos y usándose unos a otros para obtener su energía más allá de la moral y la ética, y así será siempre. Humano, espacio, tiempo… y humano. ¿Pura misantropía o pura provocación?

Artículo publicado originalmente en Elantepenúltimomohicano.

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