Días perfectos de Wim Wenders
¿Acaso existen los días perfectos? Para mí, el pasado 30 de noviembre (día que pude disfrutar de esta película) fue uno de esos escasos “Días Perfectos”. Wim Wenders, tras sus últimos proyectos “Submergence” (Inmersión, 2017) y “Les Beaux Jours d’Aranjuez” (Los hermosos Días de Aranjuez, 2016), nos sorprende viajando a Japón, donde realizó esta inesperada joya.
Se podría describir esta película como una oda a los espacios urbanos, a la contemplación y, un recordatorio, a disfrutar y encontrar la belleza oculta en los pequeños detalles. Perfect Days nos muestra la rutina de Hirayama, un hombre de mediana edad dedicado en cuerpo y alma a su trabajo, limpiar baños públicos en las inmediaciones de Tokio.
Igual de meticuloso que Hirayama, Wim Wenders nos muestra su día a día, desde como se despierta y recoge el tatami; como cada mañana se recorta el bigote y día tras día se encamina al trabajo, con una sonrisa y una buena canción de fondo. La banda sonora, compuesta por rock anglosajón de los 60 y 70, refuerza la idea de la nostalgia y lo cuidadoso que es nuestro protagonista, quien preserva en perfecto estado unos casetes con todo el repertorio de canciones que podemos disfrutar.
La película da comienzo al amanecer, uno de los 12 amaneceres de los que seremos testigos. Cada uno igual al anterior, viendo la monótona rutina de Hirayama. Siempre bebe café de una máquina expendedora ubicada en la puerta de su casa, cena todos los días en el mismo humilde restaurante dentro de una estación del metro, y todos los días se toma su descanso en el mismo banco, observando, asombrado, el reflejo del sol a través de las hojas de los árboles.
A pesar de todo ello, el director nos quiere transmitir la búsqueda de la conexión humana, a través de nuestro protagonista, un hombre solitario, tranquilo y de pocas palabras. Y veremos como, a lo largo de la película, intentará conectar con la gente que lo rodea, ya sea jugando al tres en raya con un desconocido; una mirada de complicidad con alguien que siempre descansa en el mismo parque que él; o encontrándose con su sobrina que se ha escapado de casa.
La actuación de Koji Yakusho, que da vida a Hirayama, está basada en las miradas, los silencios, y los matices tristes que esconden sus sonrisas. Todo dando forma a una de las mejores actuaciones que he visto en mucho tiempo. Es extraordinario como a través de pequeños movimientos, gestos prácticamente minimalistas, uno termina aprovechándose de la oscuridad de la sala del cine para llorar en silencio junto al asombroso plano final de esta película.
En su conjunto, Perfect Days es una reflexión sobre la humildad. La película nos anima suavemente a reevaluar nuestras propias vidas y la influencia del consumismo. Con una narrativa que invita a la reflexión y una interpretación matizada de los personajes, siendo un recordatorio para buscar la realización más allá de las posesiones materiales. Recomiendo esta película con todo mi corazón, con la esperanza de que el público acepte su mensaje introspectivo y encuentre inspiración para priorizar lo que realmente importa y, en última instancia, descubrir sus propios días perfectos por el camino.
Con el comentario, la verdad que nos han entrado ganas de ir a verla, y por supuesto iremos pues hoy en día hace falta películas que nos hagan pensar en lo importante de la vida para saber valorar lo que tenemos, gracias
Preciosa reseña